España dispone de abundantes recursos energéticos renovables. Su posición es inmejorable para la atracción de nueva demanda de energía, que busca precios contenidos y sostenibilidad. En los últimos 5 años, la potencia renovable instalada se ha incrementado notablemente, pasando de 37GW a 70GW, suponiendo hoy más del 50% del total instalado.
Pero es necesario continuar la tendencia e incluso acelerar el crecimiento: el PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima] establece un objetivo de un 81% de la generación proveniente de fuentes renovables para 2030.
Esta evolución debe ir de la mano de la actualización y crecimiento de la red de distribución. Pero ¿está la red preparada?
De acuerdo con la información aportada por la CNMC [Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia], en 2024 se denegaron más del 60 % de las solicitudes de acceso y conexión de instalaciones de demanda y almacenamiento. En valores absolutos, las distribuidoras denegaron acceso a aproximadamente 40GW de potencia por falta de capacidad.
Dentro de este contexto, en junio de 2025 la CNMC, emitió una resolución respecto al cálculo de la capacidad de acceso en las redes de distribución. La resolución instaba a las distribuidoras a publicar mapas normalizados de capacidad disponible para demanda firme para conocer el estado real y transparente de la red de distribución.
Las grandes distribuidoras de electricidad de España descubren la difícil realidad de la red eléctrica española
Siguiendo las instrucciones dictadas por las CNMC, las grandes distribuidoras de electricidad de España publicaron sus mapas el pasado 9 de septiembre. La situación que se mostró es preocupante: el 83.4% de los nudos de la red eléctrica gestionada por las cuatro grandes distribuidoras del territorio español (I-DE, e-Distribución, UFD y E-Redes) están saturados. La situación es crítica en algunas comunidades autónomas.
Dentro de la península, únicamente Galicia y Asturias, muestran una situación holgada para absorber nueva demanda.
La conclusión es clara. Es imprescindible modernizar, reforzar e incrementar la capacidad de la red de distribución, para poder integrar la nueva demanda eléctrica. Para ello, los distribuidores requieren de un modelo retributivo que sostenga las inversiones necesarias. De lo contrario, España podría perder una oportunidad única para atraer inversiones para la localización de nueva industria o centros de datos.
Tampoco sería posible avanzar en movilidad eléctrica o en almacenamiento sin antes solucionar este problema estructural.
Respuesta del Gobierno y las distribuidoras eléctricas
En el mes de Julio de 2025, la CNMC, conocedora de la situación, anunció su propuesta de una tasa de retribución financiera para las grandes redes del 6.46% anual durante el periodo 2026-2031, frente al 5,58% anual durante el periodo anterior. Las distribuidoras, sin embargo, basándose, en los mapas de capacidad de acceso recientemente publicados, entienden que este incremento es insuficiente para sostener el crecimiento necesario de la red: exigen al menos una ratio del 7,5% para poder acercarse a la situación de otros países europeos del entorno y así cumplir con las expectativas de refuerzo e incremento de capacidad.
Pocos días después de la publicación de los mapas de capacidad de las distribuidoras y de la controversia generada, el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) ha presentado un primer borrador de Planificación energética a 2030 así como un incremento en la capacidad de inversión en la red de distribución. La propuesta incluye una inversión de 34.000 millones de euros, de los cuales 20.000 se destinarán a la red de distribución, y otros casi 14.000 a la red de transporte.
Las eléctricas, que han valorado positivamente las medidas planteadas por el Gobierno, insisten en la necesidad de incrementar la retribución y de conseguir atraer capital para llevar a cabo las inversiones. A lo largo de los próximos meses, se conocerán más avances en la negociación.
Impacto en el consumidor final
En cualquier caso, el incremento de la tasa de retribución financiera recaerá en un aumento de los precios pagados por los consumidores finales en conceptos de peajes de suministro. Como punto de partida, en caso de materializarse la propuesta inicial realizada por la CNMC, el incremento anual promedio de la retribución de las actividades de transporte y distribución representaría aproximadamente un 5.1% hasta 2031. El impacto final variará en función de la demanda eléctrica adicional que la mejora en las redes genere.
Para mantenerse informado de la evolución y de la aprobación del plan final, y entender cómo afectará a sus costes energéticos, no dude en solicitarnos información en https://www.nusconsulting.com/es/.